Las pinturas surrealistas al óleo de Scott Kiche nos sumergen en un mundo donde la realidad y la imaginación se entrelazan de manera asombrosa, sus bodegones que combinan flores y frutas con elementos inusuales, desafiaban las convenciones y nos invitan a explorar la creatividad en su máxima expresión.
En estas obras surrealistas las flores azules atadas a una caja, una rosa cuyo tallo es un cable eléctrico y un clavel que emerge de un fragmento de cemento son solo ejemplos de cómo Kiche juega con la percepción y la lógica.